Dr. Camilo Ortiz Silva

— Dr. Camilo Ortiz Silva

La obesidad ya no es considerada un problema cosmético por comer en exceso y la falta de autocontrol. La Organización Mundial de la salud (OMS), junto con sociedades médicas y científicas nacionales e internacionales, ahora reconocen la obesidad como una enfermedad progresiva crónica resultante de múltiples factores ambientales y genéticos. La obesidad es una enfermedad extremadamente costosa no sólo en términos de economía, sino también en términos de salud individual y social, longevidad y bienestar psicológico. Debido a su naturaleza progresiva, la obesidad requiere control y tratamiento permanente.

La enfermedad de la obesidad se caracteriza por una acumulación excesiva de grasa corporal en todos el cuerpo. Existen una variedad de instrumentos para evaluar la cantidad de grasa versus tejido magro en el cuerpo. Sin embargo, debido a los costos excesivos de estos instrumentos y el tiempo requerido para las evaluaciones de la grasa corporal, la obesidad se define clínicamente por medidas que ‘estiman’ la adiposidad del peso corporal, estructura de cuerpo y la alturael mas utilizado por su facilidad es el INDICE DE MASA CORPORAL (IMC) .

El índice de masa corporal (IMC) es una medida utilizada para definir el sobrepeso y la obesidad. El IMC refleja generalmente la cantidad de grasa corporal excesiva excesivo que tiene un adulto, aunque hay algunas excepciones, como el índice de masa corporal de una mujer que está embarazada, un atleta o los ancianos. EL IMC toma en consideración la estatura y el peso de un individuo y puede determinarse utilizando la siguientes fórmula: El peso en kilogramos dividido por la altura en metros cuadrados (IMC = kg/m2), según los resultados se utiliza la siguiente clasificación de las categorías en un adulto.

Categoría Rango de IMC

• Normal IMC18 a 24.9
• Sobrepeso IMC 25 a 29,9
• Obesidad Grado I IMC 30 a 34.9
• Obesidad Grado II IMC 35 a 39.9
• Obesidad Grado III IMC 40 y mayores

Aproximadamente 500 millones adultos en el mundo son afectados por la obesidad y sobrepeso, junto con 48 millones de niños . La obesidad afecta a 10 por ciento de los niños entre dos y cinco años de edad, 2 por ciento de aquellos entre 6 a 11 años de edad y 18 por ciento de los adolescentes. A lo largo de los últimos 20 a 25 años, la prevalencia de la obesidad se ha incrementado a un ritmo alarmante. No sólo ha aumentado en número a lo largo de las últimas dos décadas, sino también en la severidad.

La obesidad es considerada una enfermedad multifactorial con un fuerte componente genético. Actuando sobre un fondo genético numerosas hormonas, factores metabólicos, psicológicos, culturales promueven la acumulación de grasa y ganancia de peso. El aumento de peso se produce cuando la cantidad de calorías consumidas excede la cantidad de calorías que el organismo usa (gasto de energía) en el desempeño de las funciones biológicas básicas, actividades diarias y ejercicio. Un balance energético positivo puede ser causado por comer en exceso o por no tener suficiente actividad física. Sin embargo, existen otras condiciones que afectan el balance energético y acumulación de grasa que no implican comer excesivo o conductas sedentarias. Estos incluyen:

1. Pérdida de sueño crónico.
2. Consumo de alimentos que, independiente del contenido calórico, causa cambios que puede aumentar la grasa corporal. Estos incluyen los alimentos altos en azúcar o jarabe de maíz alta enfructosa, granos procesados, grasas y carnes procesadas.
3. Baja ingesta de los alimentos como frutas, verduras, legumbres, frutos secos, semillas y proteínas de calidad.
4. Estrés y angustia psicológica.
5. Muchos tipos de medicamentos.
6. Varios contaminantes.

La obesidad ‘engendra’ la obesidad, es una de las razones por las que la enfermedad se considera ‘progresiva’. El aumento de peso provoca una serie de cambios hormonales, metabólicos y moleculares en el cuerpo que conllevan a una mayor acumulación de grasa. Tales cambios biológicos asociados a la obesidad reducen la capacidad del cuerpo para oxidar grasa (quemar) para la energía, aumentar la conversión de la glucosa (hidratos de carbono) a la grasa y aumentar la capacidad del cuerpo para almacenar grasa en depósitos de grasa (tejido adiposo). Esto significa que las calorías consumidas se almacenarán como grasa. Para empeorar las cosas, la obesidad afecta a ciertos reguladores del apetito y la sensación de hambre de una manera que puede conducir a un aumento en el tamaño de la comida y la frecuencia de alimentación. El aumento de peso, por lo tanto, cambia la biología del cuerpo de una manera que favorece la mayor ganancia de peso y la obesidad.

Un número de otras condiciones asociadas con la obesidad contribuye a la progresión de la enfermedad. La obesidad reduce la movilidad y el número de calorías que podría ser quemado en el desempeño de la actividad. El aumento de peso también puede causar problemas psicológicos o emocionales que, a su vez, produce cambios hormonales que pueden causar más peso , estimulan el apetito y por aumentan la absorción de grasa . La perdida de sueño es causada por la misma obesidad debido a dolores corprorales, apnea del sueño y otros problemas respiratorios, una necesidad de orinar con más frecuencia, usos de ciertos medicamentos por las enfermedades asociada y alteraciones de la regulación de la temperatura corporal. La duración del sueño acortado, a su vez, produce ciertas hormonas que estimulan el apetito y aumentan la absorción de grasa en los depósitos de almacenamiento de grasas. El aumento de peso también contribuye al desarrollo de otras enfermedades tales como hipertensión, diabetes, enfermedades del corazón, la osteoartritis y la depresión, y estas condiciones son a menudo tratadas con medicamentos que contribuyen a la ganancia de peso aún más. En todas estas formas y mucho más, la obesidad ‘engendra’ obesidad, atrapando al individuo en un ciclo de ganancia de peso vicioso.

Una dieta baja en calorías es el principal tratamiento para el sobrepeso y la obesidad, pero la dieta es también un contribuyente a la progresión de la obesidad. La pérdida de peso por la dieta provoca respuestas biológicas que persisten a largo plazo y contribuyan a recuperar peso. Una de estas respuestas afecta el balance energético. Cuando una persona pierde peso, el cuerpo “piensa” que se muere de hambre y se reduce el gasto de energía para conservar calorías. Sin embargo, comiendo menos es difícil seguir una dieta porque hay cambios a largo plazo en los reguladores del apetito que aumentan el deseo de comer y la cantidad de alimentos que pueden consumirse. Un individuo a menudo no sólo recuperará todo su peso perdido, si no que tiende aumentar más Otra respuesta biológica que ocurre con las dietas son los cambios en el metabolismo de las grasas, se reduce la capacidad del cuerpo para quemar grasa y aumenta la capacidad almacenar más grasa en los depósitos adiposos (depósitos de almacenamiento de grasas).

Son múltiples los factores que actúan actuando sobre un fondo genético que causan aumento de peso y la obesidad. Las condiciones asociadas con aumento de peso y cambios biológicos en el cuerpo que se producen como consecuencia del aumento de peso contribuyen a la progresión de la enfermedad, a menudo atrapando al individuo en un ciclo de ganancia de peso vicioso.